JARDÍN BOTÁNICO DEL CONVENTO DE SANTA CATALINA, TRESPUENTES
A unos 10 km de Vitoria,
junto a la localidad de Trespuentes se encuentra el antiguo convento
de Santa Catalina, recientemente rehabilitado y convertido en jardín
botánico. Situado en una depresión de la Sierra de Badaya, su altitud
permite obtener unas vistas excepcionales de la Llanada, especialmente
desde lo más alto de su torre.
.
Este bello paisaje de
30.000 metros cuadrados es único en el País Vasco y entre su multitud
de jardines surcados por enrevesados senderos encontraremos 1.200
tipos de árboles, plantas y flores de los 5 continentes.
Cómo llegar:
Llegamos a Trespuentes,
al Oeste de Vitoria-Gasteiz y en las inmediaciones de la Sierra de
Badaia. Dejamos el campo de fútbol a la
izquierda y la iglesia a la derecha y llegamos al puente "romano". Sin
cruzar el puente, seguimos por la misma carretera que nos lleva
paralelo al río hasta llegar a la valla de las canteras. En la misma
valla está indicado "Santa Catalina a la derecha".
Subimos la empinada
cuesta y tras recorrer un kilómetro aproximadamente llegamos al
parking de la subida al monasterio. A la izquierda empieza la subida
de unos 600 metros hasta llegar a la entrada del jardín botánico.
Para visitarlo:
Teléfono: 680 470 146
Horario: De martes a viernes, de 10.00 a
14.00 h. Sábados, domingos y festivos, de 11.00 a 20.00 h.
Historia del convento
Remontándonos a sus
orígenes, existía en ese paraje una ermita con la advocación de
Nuestra Señora de Gracia y de Santa Catalina, así como una
antigua torre, ambas propiedad de la familia alavesa de los Martínez de Iruña.
Formaba parte por aquel entonces de la diócesis de Calahorra.
La familia de los
Martinez de Iruña, en 1407, donan esta propiedad a los
Jerónimos, para que erigieran allí un convento, donación autorizada
por el obispo de Calahorra. Fue el papa Benedicto XIII quién en 1413 aprueba
la construcción del convento.
Durante más de medio
siglo fue habitado este lugar por los jerónimos hasta que en 1471 se
decide el cierre y abandono debido a la escasez de recursos para
sobrevivir en el lugar. Sin embargo el convento no es completamente
abandonado si no que se realiza la petición de cesión a los monjes
Agustinos, solicitud que es aprobada por el papa Sixto IV. Los nuevos
inquilinos no abandonarán el convento hasta el año 1835.
Los agustinos moraron en
él hasta el año 1835. Durante los últimos años de su vida, el
convento tuvo un gran movimiento, contando con 10 religiosos y que
servía como casa matriz para Noviciado y Profesiones, contando además
con una Hospedería.
El 6 de agosto de 1836, fue incendiado el
monasterio por el general Martín Zurbano, como un episodio más de las
Guerras Carlistas.
Citas del Convento de Santa Catalina
"Se trataba de un templo con
planta de cruz latina con la cabecera, en la fachada principal del
conjunto casa fuerte-convento, y la espadaña en el hastial del
Poniente. El coro se cubría por bóveda nervada, cuyos arranques y
ménsulas se aprecian hoy, lo mismo que la traza del templo y la
espadaña; la cubierta ha desaparecido totalmente. La imagen medieval
tardía de Santa Catalina se ha conservado hasta 1970 en la ermita de
San Pelayo de Víllodas. Parece proceder del mismo convento la pequeña
imagen de Santa Catalina que, en fanal radiante, se guarda en la
parroquia de Trespuentes" (Micaela Portilla).
"Dicen las crónicas que,
estando un día paseando por la espaciosa huerta del monasterio el P.
Francisco de Castro, religioso observante y santo de aquella comunidad
en el siglo XVI, se le apareció santa Catalina mártir, de quien recibió muchos
favores, y le ordenó que edificasen allí una ermita porque en aquel
lugar se había aparecido la imagen suya que estaba en al altar mayor
del convento. El P. Francisco puso por obra el encargo e hizo allí la
ermita" S. Ruiz de Loizaga.
¿Quién fue Santa Catalina?
Santa Catalina procedía de una reconocida familia de Egipto. Instruida
desde joven en filosofía y la teología, su cultura y cristianismo
convirtieron a esta religión a varios de sus educadores. Debido a su
fe cristiana fue condenada al martirio cuando aún contaba con
dieciocho años por el emperador Majencio en el año 307.
Según la tradición, su cabeza se conserva
en el monasterio de Santa Catalina en el Sinaí. Simbolizada con una
pequeña cruz y un libro (símbolo del saber) o con una rueda por
alusión al instrumento utilizado en su martirio. Patrona de los
filósofos, con fiesta el 25 de noviembre, cuenta con más de 15
recintos sagrados dedicados a esta mártir en la provincia de Álava.
Restauración
Recientemente, se ha realizado una rehabilitación
del enclave hasta convertirlo en un parque botánico, con numerosas
especies vegetales de diferentes partes del mundo. Además se han
adecuado las ruinas del monasterio para permitir a los visitantes
subir hasta la antigua torre que sirve de atalaya para otear desde lo
más alto la llanada Alavesa.
Fuente: S. Ruiz de Loizaga, revista Angosto
|