Autor: |
Anónimo |
Fecha: |
13 Diciembre 2003 |
¿Du llu espic ingliss?
Esto es la carta que escribió una señora al programa de Luis del Olmo para que la leyeran en directo:
"Desde que las insignias se llaman pins, los maricones gays, las comidas frías
lunchs, y los repartos de cine castings, este país no es el mismo: ahora es
mucho, muchísimo más moderno.
Antaño los niños leían tebeos en vez de comics, los estudiantes pegaban posters
creyendo que eran carteles, los empresarios hacían negocios en vez de business,
y los obreros, tan ordinarios ellos, sacaban la fiambrera al mediodía en vez del
tupper-ware.
Yo, en el colegio, hice aerobic muchas veces, pero, tonta de mi, creía que hacía
gimnasia. Nadie es realmente moderno si no dice cada día cien palabras en
inglés. Las cosas, en otro idioma, nos suenan mucho mejor.
Evidentemente, no es lo mismo decir bacon que panceta, aunque tengan la misma
grasa, ni vestíbulo que hall, ni inconveniente que handicap... Desde ese punto
de vista, los españoles somos modernísimos. Ya no decimos bizcocho, sino plum-cake,
ni tenemos sentimientos, sino feelings. Sacamos tickets, compramos
compacs, comemos sandwiches, vamos al pub, practicamos el rappel y el raffting
, en lugar de acampar hacemos camping y, cuando vienen los fríos, nos limpiamos
los mocos con kleenex.
Esos cambios de lenguaje han influido en nuestras costumbres y han mejorado
mucho nuestro aspecto.
Las mujeres no usan medias, sino panties y los hombres no utilizan
calzoncillos, sino slips, y después de afeitarse se echan after shave, que deja
la cara mucho más fresca que el tónico.
El español moderno ya no corre, porque correr es de cobardes, pero hace footing;
no estudia, pero hace masters y nunca consigue aparcar pero siempre encuentra
un parking. El mercado ahora es el marketing; el autoservicio, el self-service;
el escalafón, el ranking y el representante, el manager.
Los importantes son vips, los auriculares walkman, los puestos de venta stands,
los ejecutivos yuppies; las niñeras baby-sitters, y hasta nannies, cuando el
hablante moderno es, además, un pijo irredento.
En la oficina, el jefe esta siempre en meetings o brain storms, casi siempre
con la public-relations, mientras la assistant envía mailings y organiza
trainings; luego se irá al gimnasio a hacer gim-jazz, y se encontrará con todas
las de la jet, que vienen de hacerse liftings, y con alguna top-model amante
del yoghurt light y el body-fitness.
El arcaico aperitivo ha dado paso a los cocktails, donde se jartan a bitter y a
roast-beef que, aunque parezca lo mismo, engorda mucho menos que la carne.
Ustedes, sin ir más lejos trabajan en un magazine, no en un programa.
En la tele, cuando el presentador dice varias veces la palabra O.K. y baila
como un trompo por el escenario la cosa se llama show, bien distinto, como saben
ustedes, del anticuado espectáculo; si el show es heavy es que contiene carnaza
y si es reality parece el difunto diario El Caso, pero en moderno.
Entre medias, por supuesto, ya no ponen anuncios, sino spots que, aparte de ser
mejores, te permiten hacer zapping. Estas cosas enriquecen mucho.
Para ser ricos del todo, y quitarnos el complejo tercermundista que tuvimos en
otros tiempos, solo nos queda decir con acento americano la única palabra que
el español ha exportado al mundo: la palabra “SIESTA."
Espero que os haya gustado... yo antes de leerlo no sabía si tenía stress o es
que estaba hasta los cojones.