Autor:

Deivid

Fecha:

13 Noviembre 2003

Reflexiones de la madurez

Mis amigos y yo coincidimos en la teoría de que el ser humano y más concretamente el hombre nacen y se desarrollan a través de etapas que van marcando su comportamiento a lo largo de su vida.

Conocidos psicólogos coinciden en que el bebé atraviesa etapas como la etapa oral en la que todo va a la boca y que algunos y sobre todo algunas no abandonan, la etapa de joderlo todo, que suele coincidir con los primeros pasos y que los más torpes arrastran, etc... Más adelante, las etapas o fases se comienzan a llamar edades, como la edad del pavo o la edad del grano.

Poco a poco todas estas etapas, van dando la madurez, que a algunos le llega antes que a otros y suele coincidir, casi siempre, cuando uno se da de bruces con la realidad, ya sin la protección de las faldas de mamá y empieza a currar para pagarse sus cosas.

Es entonces cuando entramos de lleno en un periodo de nuestra vida que de no llevar por buen camino se puede volver en nuestra contra y tener graves consecuencias de cara a un futuro. Nosotros la denominamos: ETAPA DE “NO ME TOQUES LOS COJONES”.

Lo llamamos así porque es la frase que más se repite en el hablar cotidiano del grupo de personas analizado, aunque bien podría haberse llamado fase de “estoy hasta los huevos”.

Este periodo se puede encajar entre los 22 y los 30 años, y se da mayormente en varones. El inicio de esta etapa puede variar, así como su duración, depende del individuo y de lo cómoda que sea su vida. Pero lo que sí coincide en todos los casos es la susceptibilidad y lo poco que se aguantan las cosas que se interponen en el camino.

El ejemplo más común en la que aparece visible esta etapa es cuando el individuo que se encuentra inmerso en ella habla de su jefe, normalmente rodeado de amigos, familiares o compañeros de trabajo. También se manifiesta cuando hay alguna discusión entre un tipo en plena etapa y otro que no la ha experimentado, entonces el primero se calienta y piensa que el otro no tiene “ni puta idea”.

Pero esta edad no dura siempre, así que la importancia de llevar bien este periodo es vital, ya que mal encaminado podría desencadenar en encasillamientos por parte de la gente, en despidos del trabajo, en rupturas sentimentales, o en el peor de los casos en que nos den un par de ostias. Así que recomendamos paciencia como medicina o comerse los huevos en caso de no conseguirla.

by Deivid 

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