Autor:

Vicky

Fecha:

14 Febrero 2004

¿LOS JEFES NACEN O SE HACEN?

Os voy a contar una historia con la que creo mas de uno se sentirá identificado y con la cual he llegado a una conclusión, todo comienza así:


Resulta que te presentas a una entrevista de trabajo, se supone para mejorar el estado actual de tu economía y te encuentras con un ambiente maravilloso, promesas prometedoras (valga la redundancia), jefes super amables, trabajadores… En fin, digamos que te vas a casa con una impresión mucho mejor que buena deseando que te llamen de ese estupendo trabajo en el cual te dejaras de acordar de la madre y la familia de mas de uno… ya me entiendes.


Pasados unos días recibes una llamada, la cual ha sido más esperada que la boda del Príncipe y te comunican que has sido seleccionado para ese maravilloso trabajo en el que tú deseabas estar. Bien, ultimáis detalles, todo estupendo, fijáis horarios de trabajo, todo estupendo, habláis de sueldo, todo estupendo, etc., etc., etc., todo estupendo…


Comienza vuestra primera jornada laboral en ese estupendo trabajo con esos jefes aun más estupendos (si cabe). Los primeros meses todo va, como no, estupendo, si salís media hora tarde la recuperáis, os conceden todo lo que queréis, los sábados libres, tus jefes trabajan mucho mas que tu (que eso ya es decir), en fin ¿Qué mas se puede pedir?


Durante varios meses oyes a tu jefe criticar a toda costa de sus antiguos trabajos y como no de sus antiguos jefes, que si salía muy tarde, que si no tenia casi tiempo para ir a comer a casa, que si su jefe no aparecía por allí en todo el día, que si le llevaba el negocio, que si patatín que si patatán…. Y claro tu, una vez mas, piensas: vaya jefe más enrollado, el nunca haría eso que tanto critica, desde luego que suerte he tenido….


Llegan las vacaciones y a la vuelta todo sigue igual, buen rollito con tus jefes, bastante confianza… pero de repente te vas dando cuenta que cada vez trabajas más y más y más y que tus estupendos jefes trabajan menos, menos y menos, y claro la ecuación como que no te sale.


Al cabo de los meses resulta que te encuentras con que todos los días acabas abriendo tu por las mañanas y que tu jefe siempre llega con la hora pegada al… pero claro ¿Quién le pide explicaciones?, pero bueno como sigue habiendo buen rollito pues no te importa.


Momento de renovación de contrato¡¡!!!! Te van a hacer indefinido¡¡¡¡!!!!! Bueno si todo va como hasta ahora ni tan mal ¿no?, pero claro todo no podía ser tan bonito… Resulta que ahora te ponen entre la espada y la pared, que si tienes que trabajar todos los sábados, que si las pagas ahora te las vamos a prorratear, en fin que o te están viendo cara de tonto o te están intentando engañar como al que más. Al final te suben una mierda el sueldo y acabas trabajando dos sábados al mes, bueno, piensas, tampoco estoy tan mal, así que no me importa.


Pasados unos meses desde la renovación se acentúa la poca dedicación de tu jefe en el trabajo, cada vez se escaquea más dejándote a ti a cargo de todo, cada vez mas te tienes que encargar tú de todo el trabajo sucio, es decir, cada vez notas más como tu jefe hace todo lo que anteriormente criticaba de sus otros trabajos… y claro mientras tú te encargas de todo pues tu jefe se esta tocando literalmente los huevos, es decir que te sientes engañado, explotado y encima cada día se va agotando ese buen rollito con tu jefe.

Después de todo lo ocurrido llegas a una clara conclusión EL JEFE SE HACE, cosa que en el fondo no me parece mal, pero eso si, quisiera señalar que NO DIGAS DE ESE AGUA NO BEBERÉ, EL CAMINO ES LARGO Y TE PUEDE ENTRAR SED.

 

by Vicky